Historia de nuestro logotipo

La evolución de nuestro logotipo ha sido un reflejo constante de nuestra conexión con la historia y la comunidad de San Antonio de Areco. Desde los inicios de nuestra cooperativa, hemos experimentado diferentes variantes que han culminado en la representación actual. En el año 2008, dimos un paso significativo al incorporar el icónico símbolo del «Puente Viejo», un monumento de profundo valor histórico nacional.
Este puente no solo une nuestras raíces con el pasado, sino que también simboliza la conexión vital entre nuestra cooperativa y la vibrante comunidad que nos rodea. Con orgullo, integramos este símbolo en un círculo envolvente que encapsula nuestra identidad. En la parte superior de este círculo, el nombre «SAN ANTONIO DE ARECO» se destaca, recordándonos y reafirmando nuestra pertenencia a esta tierra. Justo debajo, la sigla «CEOSP» encuentra su lugar, una abreviatura que resuena no solo entre nuestros asociados, sino en cada rincón de nuestra región.
Nuestro logotipo no es solo un conjunto de formas y letras, sino un testimonio visual de nuestra historia compartida y nuestro compromiso inquebrantable con esta comunidad. Cada vez que miramos nuestro logotipo, vemos la unión entre nuestra cooperativa y la gente de San Antonio de Areco, un vínculo que perdura y prospera con el tiempo.





Raíces


Muy popular en América Latina, el símbolo de los dos pinos consta de un redondel amarillo con borde verde dentro del cual se encuentran dos pinos de color verde. Los dos pinos representan la vida, al ser dos simbolizan la hermandad, la unión, la solidaridad y la necesidad de un trabajo conjunto. Fue por eso que el movimiento los adoptó como símbolo oficial, luego de su creación en el año 1920, siendo en la actualidad estandarte más representativo del cooperativismo. Los dos pinos significan que se necesita más de uno para que exista cooperación. Al ser del mismo tamaño significa el crecimiento en la igualdad. Para los japoneses, por ejemplo, el pino es símbolo de constancia, salud, longevidad, fuerza de carácter y silencio, este último tan importante en el crecimiento espiritual.
En el año 1923 el Comité Ejecutivo de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) resolvió que la organización debía tener una bandera. Se escogió una bandera que incluía los siete colores del arco iris, como la que había adoptado el socialista utópico francés Charles Fourier para el falansterio, como un símbolo de la unidad en la diversidad. La bandera constaba de los colores rojo, naranja, verde, amarillo, azul, índigo y violeta y simbolizando los ideales y objetivos de la paz universal, la unidad que supera las diferencias políticas, económicas, sociales raciales o religiosas y la esperanza de humanidad en un mundo mejor donde reinen la libertad, la dignidad personal, la justicia social y la solidaridad. El Consejo de Administración de la ACI acordó en el año 2001 cambiar la bandera para evitar confusiones con otros movimientos que adoptaron enseñas similares, por el diseño realizado en 1995 para conmemorar el aniversario de la ACI consistente en una bandera blanca de cuyo centro surgen palomas de un arco iris con los seis primeros colores de la antigua bandera y figuran las siglas que en diferentes versiones pueden ser ACI (castellano y francés), ICA (inglés), IGB (alemán) o MKA (ruso), en el último color de la misma.
Pino
El árbol del pino se consideraba en la antigüedad como símbolo de inmortalidad y de fecundidad, era respetado por su capacidad de supervivencia en las tierras menos fecundas y la sorprendente capacidad de multiplicación.
Círculo
Representa la vida eterna, porque un horizonte final, además representa la idea del mundo, reflejando así la idea de universalidad.
Color verde
El color verde oscuro se asemeja al color de la clorofila, donde nace el principio vital de la naturaleza.
Color amarillo
El amarillo-oro representa el sol, fuente permanente de energía, calor y vida.

Emblema
Un círculo que abraza dos árboles del pino, indicar la unión del movimiento, la inmortalidad de sus principios, es la fecundidad de sus seguidores. Todo esto marcó en la trayectoria ascendente de los árboles del pino para los que se proyectan en lo alto, intentando crecer cada vez más en la unión que existe estable entre los seres vivos.